Si nos
paramos a escuchar
el
silencio de las calles
y dejamos un segundo
que
nuestra mente no nos hable.
Entraremos
en contacto
con el
cantó de algún pájaro,
los
coches que van pitando,
el niño que está llorando,
y el
gato que está maullando.
Pero si
solo prestamos atención,
a la
preocupación del estar ocupados,
de no
sentir soledad,
de no
caminar hacía atrás,
estaremos
desperdiciando
pequeños
detalles
de esta
vida llena de oportunidades.Keren Serrano
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