Luchando sin un objetivo,
cuando el aire se te acaba
y ya todo lo ves perdido.
Cuando nadie te ayudaba
y sentías veneno en los suspiros.
Cuando los discursos no sirven de nada
porque el ejemplo no va contigo.
No lo des todo por vencido.
La cima es una escala
dónde solo llegan los que no dicen nada
pero que en su imagen y mirada
te traviesan como una espada.
Cuándo las fuerzas se te acaban
y no puedes empezar la batalla.
No discutas, no deshagas,
no alimentes el espíritu de odio y decepción
pues las grandes victorias empiezan
por donde ni los del frente ni los del otro lado
saben cómo mover el peón.
Si el perdón no está a tu alcance,
y no has sentido la tristeza
mejor deja la misión
para al que lo lleve en el corazón.
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